Pantalla en blanco y lágrimas en los ojos. La neblina penetra su cerebro confuso, la sangre cual riachuelo la recorre en un hervor que le eriza la piel. Es pecado y es angustia.
Un frío intenso penetra sos órganos hasta llegar a su ombligo y tiene esa nauseabunda sensación de que no existe nada en la página siguiente.
Se complica cuando el miedo no la deja aceptarse como es, cuando no la deja vivir ni morir. Levita entre los dos mundos, evitando que una mala decisión la haga perder el equilibrio. Ese equilibrio que tanto le ha costado encontrar. Que tan fácilmente pierde, cada tarde de abril, cada madrugada de diciembre.
La aguja del reloj dejó de moverse y la cuenta del tiempo la lleva solo en su cabeza. Eso la hace agonizar y cada vez que percibe un movimiento, aquí, a su derecha...perpetúa el momento y paraliza sus latidos.
La aguja del reloj dejó de moverse y la cuenta del tiempo la lleva solo en su cabeza. Eso la hace agonizar y cada vez que percibe un movimiento, aquí, a su derecha...perpetúa el momento y paraliza sus latidos.
Se siente morir por un segundo, o quizás dos. Cómo saberlo si ya la cuenta la perdió hace tiempo?Ahora lo que transcurre son los sentimientos, que vienen y van.
El predominio lo tienen los sentidos, porque en ese momento no piensa, no razona. Sabe que puede... pero tan solo decide congelar su raciocinio.
Y qué tal si el instante se hace más grande de lo que está escrito a ser? Ella es débil, y ella lo sabe, él lo sabe. Es vulnerable e insegura. Un latido, solo un impulso, la puede hacer flotar o caer.
No puede pensar, sus dedos se mueven por cuadros grises sin siquiera verlos y sus agallas salen a flote en el peor momento. Es acá donde debe entrar la cabeza, si no lo hace será muy tarde y de un impulso se romperá el diamante.
2 comentarios:
Excelente tu blog, Criss
felicidaes
Muchas gracias por leerme!! Me alegro de que le guste como escribo :D
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