miércoles, 2 de diciembre de 2009

Idealizándote, idealizándome...


Cuando creemos que el momento no podría ser mejor ni la llegada podría ser más oportuna, cuando el sol brilla hasta cegarnos con su luz, cuando el mundo por fin es de NUESTRO color, el color de nuestra imaginación...Un color perfecto ante nuestros ojos.

Y aquí es donde todo se cuestiona. Qué es la perfección? Ante cuáles ojos vemos lo perfecto? Realmente es perfecto? Dicen por ahí que la perfección no existe. Sin embargo si nos da felicidad, si saca una sonrisa sincera, se acerca infinitamente a la perfección...


Aveces nos dejamos vencer por los obstáculos de la vida, de la muerte, del dolor, del amor y del alma. Tal vez hay forma de combatirlo, pero un soldado que se siente derrotado, no puede ver de manera objetiva su pérdida... Tan solo idealiza.

Que la luz se refleje en un ángulo de 27 grados, ni más ni menos. Que el tono no sea tan gris, pero tampoco tan verdusco, más bien hundiéndose en el azul del mar. Conste, del mar y no del cielo, sin confundir porque se aleja de su perfección. Así es, SU perfección, tal y como ella lo idealizó.

Y si lo ve desde este ángulo le gusta, pero desde aquel otro le provoca náuseas. Sí, es difícil complacerla. Pero es lo mismo, ante los ojos de otros. Ella lo quiere perfecto, que la complazcan al máximo.

Pobre princesa, cree que le va a gustar así mañana, o en una hora, o en un abrir y cerrar de ojos. Cuando lo mire con otros ojos, con ojos cansados, con ojos enojados o tal vez con una cortina de lágrimas que le impida ver los detalles, se dará cuenta de que es tan solo un ideal, fue tan solo un ideal.

Pero y cuando la princesa vea que ya no es igual? Y cuando se de cuenta de que las cosas no permanecen tal y como las dejamos, tal y como las queremos, las idealizamos, las idolatramos. Que pasará con la carita de la princesa? Su corazoncito de cristal? Será que el cristal es aveces más fuerte que el acero? Y si idealiza su cristal?

La princesa es ahora idealizada. Sabe de sus defectos, aunque es muy orgullosa para revelarlos o admitirlos siquiera. Sabe también de sus virtudes, y hasta cuando no son tan grandes, las exagera, las idealiza. Para gustarles? No. Para gustarse.

Así como ella se idealiza para querese a ella misma, otros la idealizan a ella para quererla tal cual es. Es falso que todas las rosas son lindas, tan falso como que cualquiera se deja domesticar.

La mente crea ideas, ella cierra los ojos para ver qué ideal tiene ahora en su hemisferio. Cuando logra visualizar algo perfecto, siente placer y cree que lo obtendrá. Al darse cuenta con el tiempo que es tan solo un ideal, su corazón de cristal se debilita, pierde sus propiedades de acero, que ella misma inventó, que ella idealizó.

La perfección no existe. Ella tiene defectos y por más que los oculte o que los idealice, para que disfrazados no parezcan rocas que laceran su pecho, algún día, en un amanecer, cuando el resplandor de la puesta de sol haya dejado de embellecerlos, cuando la oscuridad de la noche haya dejado de esconderlos entre sus sombras, saldrán a relucir.

Allí es donde estará completa, allí y solo allí aprenderá a quererse a ella misma tal cual es y logrará que los demás la quieran, la acepten y la conviertan en su ideal eterno.

Su ser inmerso en una mirada penetrante será idealizado por él, como en un principio, cuando conocía tan solo el acero, ahora aprendió a amar el cristal.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hey, no sabía que vos tenías blog... lo seguiré... :D