lunes, 17 de octubre de 2011

Ese peso que cargamos

Muchas veces el mundo sólo explota sobre tu cabeza y sientes que ese peso que tenías encima hace rato por fin se viene abajo.

El problema es que debajo estás vos. En ese momento te das cuenta de que es peor estar hundido en esa pestilencia viscosa que cargarla al hombro en un saco protector.

martes, 31 de mayo de 2011

Mi corazón...

Mi corazón se rompió, en tantos pequeños pedazos que es doloroso contarlos. Tantos pequeños pedazos, que es tedioso verlos. Me repugnan y me queman el alma.

Mi corazón de rompió y ya no sé cómo repararlo. Antes lo habían desgarrado, pero nunca lo sentí así. Nunca tan duro, tan frío, dan doloroso.

Siento una estaca de hierro que hace que me cueste respirar. Quizás escribo esto para que un día lo leas y me entiendas, quizás solo lo hago para ver si me olvido de vos. A ver si me olvido de este dolor que me parte el pecho en dos. Que me hace sangrar por dentro con una herida silenciosa. Una herida que solo yo sé que está, que me recuerda cada minuto que ya no te tengo. Que ya no sos mío y que yo sigo siendo tuya.

Vos sos realista, yo soy ilusa. Mi corazón se rompió y solo vos lo podés reparar, solo vos podés… ¿Pero qué se hace cuando se corre el peligro de que intentándolo dañes el tuyo?

Mi corazón ya ha sufrido antes, el tuyo lo quiero cuidar, porque te amo, porque no te lo mereces. Porque siempre te portaste a la altura, porque lo entregaste todo, porque te despediste a tiempo.

Porque yo ya no tengo miedo, ya he sufrido antes, ya he llorado mares, ya me han roto el alma.

Cuando alguien se va, el que se queda sufre más. Yo me quedé hundida en mi llanto, vos supiste levantarte a tiempo. Ahora no te tengo en mis días ni en mis noches y mi corazón no quiere decir adiós. Mi corazón se rompió y no sé cómo repararlo…